Y oyó Moisés la voz de su suegro, e hizo todo lo que dijo. Ex 18.24
Días después que el huracán Matthew hiciera grandes estragos en la zona de Baracoa y Maisi hicimos un viaje para llevar algunas ofrendas y poder ver de primera mano lo que había sucedido por aquellos lugares. En Baracoa recogimos una mercancía destinada a las iglesias de Maisi.
Cuando me disponía a salir caía una fina llovizna y la carretera estaba húmeda, quizás por eso me advirtieron: “ten cuidado con la Boruga” una empinada loma que se extiende un par de kilómetros, de las siete curvas que posee al menos cuatro giran más de 45 grados. Hacía mucho había escuchado de ella y, aunque sentía curiosidad, nunca antes tuve la oportunidad de manejar por una de las lomas más peligrosas de Cuba.
“Cuando llegues al puente del rio Yumuri pon la primera y no la quites hasta llegar arriba, si quieres llegar olvídate del amor al carro, no mires los baches y acelera”, fueron concejos que me dieron los que ya conocían el lugar.
En el puente hice exactamente como me habían aconsejado, resultó ser de la manera que me habían dicho, pero al acatar los concejos llegue a la cima sin problemas. Fue realmente emocionante.
Después de hacer varias visitas y ya de regreso encontré un viejo amigo, había sido chofer desde muy joven, y tenía casi todas las licencias de conducción. El también tomo la Boruga después de mí. Pero por su experiencia no acato ningún concejo y no pudo subir la loma, un chofer de ambulancias de la zona tuvo que ayudarle manejando su auto hasta la cima.
Moisés contaba con la revelación directa de Dios, desde niño había sido instruido en la corte de faraón, y ya llevaba algún tiempo guiando al pueblo, tenía experiencia pero aun así fue humilde y escucho el concejo de su suegro, el resultado fue mejor funcionamiento y orden en el pueblo y ningún desgaste para Moisés.
Como hombres nos cuesta trabajo admitir que podemos estar equivocados o que las cosas se pueden hacer de mejor manera, pero recordemos el antiguo adagio, “el que no oye concejos no llega a viejo”
Preguntas:
· ¿Has escuchado las sugerencias de alguien sin restregarle tu propia prudencia?
· Mientras conversas con tu hermano, ¿escuchas más de lo que hablas? ¿Te glorias más de lo que te humillas?
Oración. Señor ayúdame a ser humilde y aceptar el concejo de aquellos que me aman.
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