… tenía puesta la mirada en el galardón. (Hebreos 11:26)
En la Biblia se usan algunas imágenes para referirse a la vida cristiana, el árbol, un edificio, el soldado, un labrador, pero una de las más comunes es la del atleta. El apóstol Pablo en numerosas ocasiones menciona ejemplos del deporte…
Haciendo uso de esta idea el escritor de la carta a los Hebreos nos dice que Moisés tenía puesta la mirada en el galardón, es decir, en el premio que recibiría una vez que llegara a la meta, esto le permitía esforzarse, ser constante y seguir hasta que llegara al final.
De este modo entendemos algunas particularidades que deben de manifestarse en la vida del cristiano, una de ellas es la constancia. Pensar que hemos llegado a un “buen nivel” es de los principales peligros que acechan al creyente, algunos hasta llegan a opinar que se pueden tomar unas vacaciones espirituales, pero no es así ¿Qué hace un corredor que cree haber llegado a la meta? Deja de correr, relaja todos sus músculos, pierde toda su concentración se descuida, su final es funesto.
John MacArthur dijo: Si ya tienes suficiente de oración, suficiente de la iglesia, suficiente de la enseñanza de la Palabra de Dios y suficiente de comunión cristiana, entonces te encuentras en una condición sumamente peligrosa.
Pensemos en la palabra de Pablo a los filipenses: Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús (Fil 3:13-14).
La imagen del atleta y del corredor nos comunican claramente la idea de determinación, disciplina y dedicación. Esforcémonos y continuemos en la carrera, cada día que pasa estamos más cerca de nuestro galardón.
Preguntas:
- ¿Conoces cuál es tu meta espiritual?
- ¿Haces algún esfuerzo para llegar a alcanzarla?
Oración: Amado Padre, ayúdame a estar firme y constataste en esta carrera que tengo por delante.
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