Moisés respondió al pueblo: No temáis; porque para probaros vino Dios, y para que su temor esté delante de vosotros, para que no pequéis. Ex 20.20
Hace vario años visité el zoológico de Santiago de Cuba, entre las principales atracciones estaba la jaula de los leones, todos iban a verlos. Llamaba la atención lo mal nutridos que estaban, y unido al deterioro del lugar daba una imagen que causaba lastima. Mientras caminaba no cesaban los chistes a costa de los leones cubanos, algún que otro atrevido lanzaba una pequeña piedra o un pedazo de alimento para motivar a los felinos a levantarse. Ya agobiado por el mal olor característico del lugar me disponía a moverme hacia otra parte. Casi nadie pudo percatarse cuando un macho se puso de pie y rugió como solo un león puede hacerlo, muchos niños corrieron asustados, otros se pusieron a llorar, los adultos que estábamos allí nos estremecimos. Sin embargo los más asustados fueron los animales del zoológico, era curioso escuchar la algarabía formada por toda la fauna del lugar al escuchar el rugido, aun cuando estaban encerrados, su instinto natural les llevo a reaccionar con temor al escuchar aquel rugido.
Así mismo también el ser humano reacciona ante el concepto que tiene de Dios, muchos lo miran con lastima, se mofan de Él y hasta algunos osan desafiarlo. El diablo no intenta impedir que tú creas, él quiere, más bien, que tengas fe en una imagen distorsionada de Dios.
Después de haber recibido la ley muchas personas del pueblo de Israel aún tenían una idea equivocada de Dios, en algún momento los vemos haciendo un ídolo de oro e identificándolo como los dioses que le habían sacado de Egipto. Cuando Todo el pueblo observaba el estruendo y los relámpagos, y el sonido de la bocina, y el monte que humeaba; y viéndolo el pueblo, temblaron, y se pusieron de lejos. Ex 20.18 Moisés les dijo, no tengan miedo, esta ha sucedido para que su temor esté delante de vosotros, para que no pequéis.
El temor a Dios es un elemento a menudo ausente en el corazón de muchos que se dicen ser parte del pueblo de Dios. No esperemos que Dios resuene desde lo alto. El principio de la sabiduría es el temor de Jehová Pr 1.7
· ¿Actúa usted en todo momento como si Dios estuviera presente y lo observara?
· ¿Intente definir cómo experimenta el temor de Dios en su vida?
Oración: Señor enséñame a caminar siempre en tu temor.
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