Pero cuanto más los oprimían, tanto más se multiplicaban y crecían, de manera que los egipcios temían a los hijos de Israel. Ex 1:12
En los últimos tiempos hemos experimentado que la presión sobre los cristianos se ha tornado más fuerte, algo que no debería asustarnos. La historia del pueblo de Dios es una historia de persecución.
Todos sabemos el por qué: satanás, el enemigo de las almas, odia todo lo que lleve el nombre de Dios. El Señor había prometido a Abraham, ratificándoselo a Isaac y a Jacob más tarde, que levantaría de ellos una descendencia incontable. Satanás lo sabía, por eso se dedicó a maquinar todo lo posible para frustrar el plan divino. Pero este texto nos da otro motivo: el miedo. Todo el que se levanta en contra del pueblo de Dios lo hace porque en su interior le teme. Somos los escogidos, hemos alcanzado redención, el Espíritu Santo mora en nosotros y obra a través de nosotros extendiendo el reino de Dios, motivo suficientes para que Satanás tema al pueblo escogido de Dios.
En Egipto el pueblo de Israel se multiplicó y esto por una sola razón: la bendición de Jehová. Todo lo que Dios bendice prospera.
El principio es el mismo en la actualidad: donde se levanta una iglesia que verdaderamente ame, adore y proclame a Jesucristo allí abunda la bendición de Dios, y donde está la bendición de Dios hay esperanza, nueva visión, nuevas perspectivas, el pueblo cambia. No hay nada que cause más temor al enemigo de las almas que una iglesia pujante que enfrente desafíos y conquiste batallas.
No desmayemos, el enemigo hará todo lo posible por frenar lo que estamos haciendo tratando de infundir temor, pero recuerde siempre: él es quien de verdad tiene miedo.
· Cuando siente temor por algo ¿piensa en cuán impotente es usted, o en lo poderoso que es Dios ante lo que enfrenta?
Oración: Poderoso Dios, no permitas que siendo tu pueblo seamos presa del temor.
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