Escógenos varones, y sal a pelear contra Amalec; mañana yo estaré sobre la cumbre del collado, y la vara de Dios en mi mano. Ex 17.9
El llanero solitario era un héroe ficticio del oeste de Texas. Iba haciendo justica, siempre enmascarado y acompañado de su caballo Plata, es recordado por muchos mientras cabalgaba hacia el sol poniente y gritando “¡Arre, Plata, adelante!”. Su nombre era Solitario, y el mismo representa una característica de la mayoría de los héroes modernos: viven vidas solitarias, sin familias y alejados de la sociedad, solo aparecen en los momentos de “hacer justicia”
En la vida cristiana no es así. Moisés, un verdadero héroe de la fe, es el hombre escogido por Dios para sacar a Israel de Egipto y guiarles durante cuarenta años por el desierto. Aunque libró batallas e inconvenientes Moisés no era un “Solitario”, esto se demostró en muchos momentos de su vida. Al enfrentar a Amalec no lo hizo solo, a su lado estaba Josué, quien lideró al ejército en medio de la batalla. Y aunque Moisés estaba en el collado con las manos alzadas y sosteniendo la vara de Dios, su sacrificio hubiera sido un fracaso si Aarón y Hur no hubiesen estado sosteniendo sus manos.
El caudillismo y el espíritu solitario hacen daño dentro del pueblo de Dios. Recordemos, no somos llaneros solitarios buscando justicia, somos el cuerpo de aquel que es el verdadero súper héroe: Jesús.
Preguntas:
¿Se dispone usted a apoyar los proyectos y actividades de la Iglesia con frecuencia?
Piense en tres excusas esgrimidas frecuentemente para mantenerse al margen de los proyectos de la Iglesia. ¿Era más importante aferrarse a ellos que apoyar a sus hermanos?
Oración: Señor ayúdanos a trabajar unidos como un cuerpo que somos en ti.
Kommentare